Un Hasta luego a Gerardo Ávila Díaz "El Dini"

Gerardo Ávila Díaz, el Dini, dejó constancia de buen futbol y de amistad cuando defendió los colores de la García Ginerés y de la Selección Yucatán.

 El futbol -se ha demostrado- es el deporte más social del mundo, que une no sólo a once jugadores, si no a colonias, barrios, ciudades y países enteros. La rivalidad de los 22 que están dentro del terreno de juego termina a los 90 minutos y con frecuencia, se convierte en amistad y sentido de identidad entre los futbolistas.

En días pasados "colgó los botines" de este campo terrenal el amigo y ex jugador local El Dini Gerardo Ávila Díaz, conocidísimo jugador de la legendaria Ola Azul de la García Ginerés, seleccionado yucateco y años después entusiasta promotor de oncenas juveniles tanto en el rumbo del Estadio como en el  de la colonia que lo abrazó a partir de los años 70s, Pacabtún.

Seguramente El Dini estará ya calzándose los botines en el campo celestial con otros de sus compañeros de la García Ginerés que se adelantaron en el camino y estarán gozando del deporte de las patadas en los terrenos de San Pedro.

No solo recordamos al Dini como protagonista del campeonato 1973-74 que obtuvo la García Ginerés pese a un tormentoso desenlace en que el Campeonato se suspendió y dividió en 3 ligas (Tecnológica, Universitaria y del Estadio ) para que una vez emergido el líder de cada una, saliera un campeón general, honor que le correspondió a la Ola Azul al vencer a sus acérrimos rivales y vecinos, los Potros de la Colonia Yucatán.

Lo recordamos más en aquella histórica tarde  de fines de octubre de 1974 en que la Selección Yucatan basada en la García Ginerés y reforzada con algunos otros jugadores, enfrentó al Campeón de Copa del Torneo Mexicano , los poderosísimos Millonetas del América, ante un abarrotado Parque Carta Clara, habiliatado como campo de futbol y al que entraron cerca de 10 mil personas para presenciar un encuentro nunca visto en nuestro medio. 

El Dini Gerardo Ávila, en cuclillas, 1o desde la derecha, con la Selección que enfrentó al Club América de 1a División Ncional, a fines de Octubre de 1974 en el Parque Carta Clara.

El América venía de vencer unos días antes a la Selección de Tabasco por goliza de 9-0 y se estimaba que a los yucatecos se les endilgaría no menos de 10 o 12 pepinos en su cesto.

José Antonio Roca Dt azulcrema no escatimó con su once inicial, y mando a su cuadro de lujo para resolver pronto el trámite. Borja ( tricampeón de goleo), Pata Bendita y Borbolla adelante; Carlos Reinoso con la batuta acompañado de Cocodrilo Valdez, Toño de la Torre y De León en la media; y abajo un muro de piedra con el Pichojos, Cornero, Espín y Santillán; en la puerta el Pajarito Cortés.

El América que enfrentó a Yucatán en 1974 era un trabuco: Borja, Reinoso, el Pata, Cornero, Pichojos, el Cocodrilo, De la Torre, Fogel, Cristóbal, etc.

Al silbatazo inicial el América salió como vendaval sobre el terreno de los locales, sin embargo la defensiva yucateca -con casaca de rayas verdes- se batió como los grandes para frenar en buenos tramos del partido a los de Coapa.

Ahí vimo al Dini Avila tapar y corretear al hábil Borbolla, driblador y velocista que se vió reducido ante la pegajosa marca del colono de la García, quien a demás se daba tiempo para hacerle el 2 contra uno al Pata Bendita auxiliando al Lubumba Raúl Díaz, así como con su hermano Jesús Ávila quien ingresó en la parte complementaria.

El resultado, un 5-0 a favor de los azulcremas fue lo de menos, pues los locales apuntalados por los guerreros de la García Ginerés dieron un buen espectáculo y vendieron cara su derrota.

Con ese ímpetu demostrado esa tarde en la cancha frente al mejor equipo profesional de México, se desempeñó el Dini en todos los terrenos en los que jugó. Podrán haber sido escasos los títulos de la Ola Azul en el Torneo local de 1a Fuerza, pero el sello de sus jugadores, entre ellos los hermanos Gerardo y Jesús Ávila fué ese: competir hasta la última gota y con limpieza.

Luego de dejar el pantaloncillo corto, el Dini pasó varias tardes y muchos fines de semana entrenando y dirigiendo equipos juveniles, sin mas recurso que el amor por el balón y con la recompensa de la amistad de muchos de sus jugadores que dirigió que hoy son gente trabajadora y que hace unos días le dieron , no un último adiós, sino un ¡ hasta luego amigo DINI !